Lo primero que debemos saber es que tipo de pisada tenemos y no dejarnos influenciar por el modelo, colores, y demás atractivos de nuestras compañeras de kilómetros.
Existen tres tipos de pisadas:
– NEUTRO: Este tipo de corredor suele alcanzar la cifra de aproximadamente un 40% de los practicantes. La pisada del atleta neutro, su tobillo no tiende a girar ni hacia el interior del pie, ni hacia el exterior, cuando uno corre. El pie normal es aquel cuyo apoyo comienza por la parte externa del tobillo ejercitando a continuación una discreta pronación por parte del mediopie.

– SUPINADOR: No es un tipo de pisada frecuente, son pocos los corredores supinadores, aproximadamente un 10% del total y a menudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón.
Una vez que conocemos los diversos tipos de pisada, debemos de averiguar cual es nuestro tipo.
El desgaste de nuestras zapatillas viejas nos puede dar ya una idea de cual es nuestra pisada, pero para estar más seguros es importante que nos realicen un análisis de la pisada. Muchas veces los pies en posición estática pueden comportarse en forma totalmente distinta a cuando están en movimiento al desplazarse durante la carrera.
El siguiente paso, es saber la cantidad de kilómetros semanales que tenemos en mente hacer. Las distintas marcas comerciales ya tienen también la distinción de modelos para adaptarse a nuestros kilometraje.
Otro factor a tener en cuenta es nuestro peso. A corredores más pesados, deberán correr con unas deportivas que posean mayor amortiguación, y olvidarse de las de competición o voladoras, que están pensadas para las carreras y corredores ligeros.
Con todos estos datos ya únicamente nos resta elegir las mas adecuadas, para esto las marcas engloban las zapatillas en cuatro subgrupos:
1.- Control de movimiento: Son las zapatillas más pesadas donde prima mucho la amortiguación y generalmente controlan la pronación.
La tendencia en las marcas es suprimir este tipo por las del siguiente grupo. Son generalmente las mas caras.
Adecuadas para los corredores más pesados.
Son adecuadas como zapatillas de entrenamiento, para corredores de cualquier peso y cualquier kilometraje.
Dentro de este apartado podríamos incluir la Mixtas aptas tanto para el entrenamiento diario como para la competición, ligeras y a su vez con amortiguación, serían recomendables para corredores ligeros.
Para finalizar es importante que no nos fijemos en el precio de las zapatillas, sino en las prestaciones que nos dan, porque la elección correcta nos puede evitar lesiones, así como una vez encontrada la marca y el modelo ideal, intentar mantenerlo, ya que nos aseguraremos una vida larga en el mundo del running.