
A las 9 de la tarde dan la salida. El primer km. por el casco antiguo, con mucha gente animando y música rock por muchos puntos del recorrido. Empezamos a subir y bajar las primeras cuestas.
Esas primeras subidas ya nos parecían duras; en el km 3 y 4 muchos corredores iban diciendo: “¿ya es ésta?”. Pero cuando llegas al km 5 y ves la famosa “cuesta rompecorazones” no te crees lo que te habían contado. Hay que estar allí para verlo. Son 1300 metros de largo, 25% de pendiente máxima y 13% de media. La mayoría tienen que subir casi andando, y sólo unos pocos suben sin dejar de correr, aunque sea despacio. Si piensas en algo que te motive, la subes con más energía. A los lados muchísima gente haciendo fotos y dando ánimos.
Después de la cuesta, hay una gran bajada hasta la meta, aunque las piernas te van dando tirones del esfuerzo realizado. Total 7,777 km. En la clasificación aparte del tiempo total, te dan el tiempo y el puesto conseguido en la cuesta. Recogemos la camiseta, ducha y cena: unos bocadillos “gigantes” (tamaño barra de pan), en una terraza, aunque en la sierra por la noche se notaba mucho el frío. Seguro que volveremos.
Para ver las CLASIFICACIONES OFICIALES, pinchad en:
CRÓNICA de JOAQUÍN GÓMEZ.