– Jorge Poujade Esteban –
Atleta del A.C. MANCHATHON.
«Sueños de un Corredor»
» … con un tiempo de 2 minutos, 1 segundo y 37 centésimas, Medalla de Oro y Campeón de España de 800 metros al Aire Libre: Jorge Poujade Esteban, del Atletismo Club MANCHATHON … «
Cuántas veces estas palabras, o similares, han resonado en mi cabeza visualizando, además, un montaje cinematográfico en el que se enlaza el momento de la llegada con los brazos en alto y el momento de recoger la presea más deseada, la de oro.
He recogido, en mi mente, tantas veces la Medalla de Oro que debo ser el más laureado de todos los atletas en los últimos tiempos. Aunque a veces, he de confesarlo, me he conformado con la de plata y, acercándose peligrosamente el momento de la verdad, la salida, con la de bronce.
Es más, justo antes de saltar a pista, con un cuarto o quinto puesto me habría sabido a triunfo y, ya en carrera, ser finalista (8 mejores) sería una gran actuación.
Pero cuando termino 11º, con 2´09″, batiendo mi marca personal, me voy más que satisfecho. Y es que una cosa es soñar y otra, muy distinta, la dura realidad. Sin embargo, la mente sigue su curso y me lleva a pensar que tenía que haber estado más valiente, que puedo bajar más segundos y que no he terminado muerto.
Ya me entendéis… lo que hemos pensado la gran mayoría cuando analizamos una carrera: que lo podíamos haber hecho mejor.
En definitiva, que mi sueño no estaba tan lejos, pero sólo en mi cabeza, claro. Porque correr al lado de los mejores de España del 800 es dejar de soñar desde el disparo y meterte de lleno, en un segundo, en el pragmatismo de tu estado de forma.
He corrido ya cinco Campeonatos de España, con carreras de 200, 400, 800 y 1.500, sumando en total 12 carreras, con 4 finales disputadas, siendo el mejor puesto el 6º en Vitoria, en los 400 metros. Y antes de cada carrera he «recogido» mi consiguiente Medalla de Oro.
Todas esas medallas ficticias han hecho que en muchas carreras saliera con una presión que no tenía por qué sentir y sólo me relajaba cuando cruzaba la línea de meta. Era una responsabilidad conmigo y con el Club; aunque Fran me repite constantemente, con razón, que lo importante es estar ahí y participar.
Ahora, ya con la dilatada experiencia vivida, creo entender cómo funciona esto. Es como cuando a un niño le dices que si pone la mano en el fuego se quema. Indudablemente la pondrá. Tiene que saber qué es quemarse para saber que la próxima vez no debe poner la mano. Pues en el atletismo es igual, o al menos a mí me pasa eso.
Me he «quemado» muchas veces a pesar de los avisos. He experimentado todos los errores para saber qué es lo que no hay que hacer. Me he sobreentrenado, esto lo que más. He ganado antes de correr con una clara falta de humildad. En unos entrenamientos he pecado de intensidad cuando no debía y en otros de blando cuando eran intensos. No he cuidado nada la alimentación y si había que trasnochar algo y tomarse unas cervecitas, también he sido «Medalla de Oro».
Por supuesto, en los períodos de descanso tenía que seguir intentando batir mis récords, sobre cualquier distancia, o simplemente entrenar con los demás por el placer de ir delante de ellos.
¿Qué me estaba ocurriendo?. Sencillo. La frustración ante el sueño roto me hacía reaccionar castigándome. También sabéis de qué os hablo, ¿No?.
¿Cuántos castigos nos hemos puesto por pensar que hemos hecho mal las cosas o por querer demostrarnos que somos mejores que en competición?.
Lo peor es que sé que estoy obrando mal, pero «la penitencia es necesaria para purificarnos». Como si fuéramos a correr más y mejor por hacer estas burradas a destiempo.
Entonces, después de hacer casi todo mal, reflexiono y pienso en qué es lo que quiero realmente. Y lo que antes parecía casi una obsesión, Ser Campeón de España, ahora se torna en templanza, paciencia y racionalidad. No vivo de esto y no soy profesional. Es mi afición y quiero disfrutar de ella sin que conlleve ansiedad, autocastigos ni sufrimientos innecesarios.
Disfruto mucho cuando corro rápido y sé que para ello he de esforzarme, pero con cabeza y ateniéndome a mi entrenador Fran, que es el que más sabe de esto, me planifique mi próximo entrenamiento.
En definitiva, se acabaron las cosas mal hechas. En los últimos meses me noto muy regular. Los resultados vendrán, quiero creerlo, pero si no vienen, quiero disfrutar de cada entrenamiento y de cada carrera; porque como dijo Calderón de la Barca…. «que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son»…
y yo añado: «…y el mío más.»
Un comentario
Jorge, todos tenemos sueños, ¿quién puede vivir sin ellos?
Muchas gracias por compartir con nosotros el tuyo.
Estoy seguro de que encontrarás la forma de que tu sueño se haga realidad.
Un abrazo.