El POST de la SEMANA.

– Fran Fernández Delgado –
Atleta y Directivo del A.C. MANCHATHON.

«José Antonio González Medina, la MARATHON de SEVILLA ‘2010, Va por Ti» – II Parte

¿ Dónde, dónde?. ¿Dónde decíais que estaba el “muro”?.


Esas fueron tus primeras palabras cuando entraste a las duchas del Estadio Olímpico de La Cartuja, después de finalizar tu primera y única Marathon, la Marathon de Sevilla ‘2005.

Allí te estábamos esperando con los brazos abiertos, los que aquel año fuimos tus compañeros de “batalla”: Luis Bustamante, José Enrique Álvarez, Juanjo Alarcón, Vicente Rodrigo, Román Alarcón y yo mismo, para enfundarnos en un Abrazo lleno de emoción, ya que habías cumplido con el sueño de cualquier corredor, y toda la espartana preparación de doce semanas había tenido su gran recompensa con una marca que tú mismo te resultaba imposible de creer.

Sin embargo, tu voluntad indomable y tu “cabezonería”, hicieron superarte y finalizar tu primera Marathon en 3h18’, sin ver el famoso “muro”, por el cual preguntabas insistentemente, al llegar a Meta.


Aun estando debajo del agua caliente de la ducha, era imposible entrar en calor; ya que a pesar de las pesimistas previsiones meteorológicas, creo que ninguno de los que esa mañana estuvimos en la línea de salida de la Marathon de Sevilla podíamos imaginar lo que nos esperaba…

Aunque cada marathon tiene su propia historia os aseguro que lo de ese año en Sevilla tiene tintes épicos porque la sensación térmica que tuvimos (entre 4 y 5 grados con agua y viento) hizo que lo que ya es un desafío por si sólo se convirtiera en algo que rozó lo temerario…

Fue una auténtica batalla (siempre contra nosotros mismos por superar la mítica distancia de 42’195 Kms), pero esa vez el «enemigo» tuvo un aliado temible… las inclemencias meteorológicas adversas que nos acompañaron durante todo el recorrido y que se convirtieron en un auténtico suplicio…

La mayoría de los atletas llegamos a la línea de meta, en el Estadio Olímpico, con hipotermia y en mal estado y muchos otros abandonaron la prueba antes del final.

Todo llega, pasa y termina. Solamente es cosa de constancia y paciencia. Siempre se ha dicho, que lo duro de una Marathon no es correrla, sino prepararla; pero en esa ocasión SÍ que fue duro estar ahí.

Y tú, estuviste, José Antonio, como los compañeros de esa ocasión y de otras tantas. Haciendo CAMINO. Camino que siguen y continuaremos haciendo todos aquellos que un día se bautizaron en la “Fe” del MANCHATHON y que por suerte seguirán bautizándose.
Por eso, citaré a unos de tus autores preferidos, Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.

En breves días, volveremos a Sevilla con nuevos compañeros y otros, que no somos tan nuevos.
La misma Ciudad, las mismas fechas de entonces, la misma distancia, el mismo Estadio de La Cartuja y para más casualidad, el mismo Hotel, el Zenit Sevilla.
Por tantas razones, el recuerdo de aquel año 2005 estará latente y será permanente las horas previas y las que estemos allí.

Cuando en Septiembre, se determinó que para este año 2010, la Marathon elegida iba a ser Sevilla, se me vinieron a la mente tantas imágenes de hace cinco años cuando decidiste debutar en la distancia de los 42’195 Kms.

Eso me hizo pensar rápidamente, que este año aun sin correr la prueba completa debía estar allí. Tenía que volver. Volver al lugar donde te hiciste maratoniano. Volver como “testigo” de los que estuvieron en el 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009; y al mismo tiempo para sentir el sincero Abrazo de los que estaremos este año.

Ese último Beso, ese último Abrazo, minutos previos a la salida de emprender la Marathon, entre los diecisiete atletas del A.C. MANCHATHON, que este año 2010 estaremos en la Ciudad de Sevilla; estará cargado de Sentimiento, Recuerdo, Nostalgia por todos los que formaron parte en algún momento de la plantilla del MANCHATHON y que sudaron su camiseta; pero a la vez en ese Abrazo, se sellará la Esperanza, la Alegría, la Amistad y la Pasión que nos marcará a los de ahora y los que en un futuro vengan, para continuar con la historia iniciada por el Año 2000, llamada Atletismo Club MANCHATHON.

Si aquel año, la preparación fue dura, este año no ha sido menos. Sacrificada, espartana y sobre todo curtida, motivada principalmente por el crudo invierno que estamos pasando. Numerosísimas noches con lluvia fría, viento y más nieve que nunca.

Gracias a la magnífica Pista de Atletismo que tenemos, hemos podido desarrollar todas las Sesiones previstas. Los siete días de las doce semanas últimas, hemos tenido entrenamiento y cada cual, ha realizado el que ha podido según sus circunstancias personales pero sobre todo físicas.

Al igual que hiciste tú, José Antonio, todos los que este año han apostado por Sevilla, han cumplido como verdaderos “titanes”; por esto mi reconocimiento a los comenzaron y luego no pudieron continuar: José Ángel Benito, José Mari Serna y Antonio Mora.

A los que estarán para correr muchos kilómetros: David Hurtado, Darío Moya, Lorenzo Donoso, Ángel Belló y Joaquín Gómez.

A los que volverán a correr una nueva Marathon con ánimo de superarse: Miguel Tomás Del Olmo, Agustín Cámara y Antonio López.

Y sobre todo, mi admiración a los que estarán en plena forma para afrontar el Domingo su debut: José Eugenio Ortiz, Andrés Gómez, Patricio Morales, Ángel Morales, Teodoro Oliver, Juan Pablo Donoso y Rosa García, que será la primera mujer del Club y de la comarca en correr la Marathon.

Por último, te citaré a nuestro compañero y amigo Pedro Luis, que como habrás visto desde el “cielo”, se ha terminado haciendo un verdadero “hombre” atleta. Tú mismo, fuiste su acompañante en su debut de la Marathon; la Marathon de Madrid ‘2006. Aquella que tú no acabaste y que tuviste que retirarte en el Km 8 por sobrecarga en tu gemelo derecho.

Pues sí. Desde entonces, se ha estado forjando con paciencia, sabiduría y tesón, y sobre todo atendiendo metódicamente los consejos, progresando más que adecuadamente y convirtiéndose en un brillante alumno, como en su día fueron tus amigos Cipri, Vicente ó Luis. Le auguro una gran marca, cercana a la barrera de 2h50’ y a lo bien seguro, que desde arriba le empujarás al igual que al resto de compañeros a conseguirla.

Todos nosotros, los que el Domingo 14 Febrero, Día de San Valentín, estemos en Sevilla, y crucemos la Meta te diremos:
¡¡¡ Va por Ti, Amigo !!! .

Por todo esto, quiero estar allí.

Para finalizar, permíteme que adjunte aquel Post que escribiste después de tu única Marathon, y que puede servir de mucho a todos nuestros compañeros que por primera vez correrán los míticos 42,195 Kms:

Estas dos premisas eran:
1ª- Haber corrido, al menos, diez medias maratones.
2ª- Haberlo hecho por debajo de 1h 30’.

Estas dos cuestiones quedaron resueltas en la media marathon de Santa Pola: era la 10ª y el tiempo 1h 28’ me reafirmaba en mis convicciones.Ya por estas fechas el volumen de entrenamientos que estaba llevando a cabo de la mano de nuestro “personal training” Fran, estaba dando sus frutos, pues los últimos kilómetros en Santa Pola, lejos de hacerse duros, como en otras carreras, me confirmaron el buen estado de forma en que me encontraba ya que conseguí terminar prácticamente a ritmo de series, en los miles.

El último mes de cara a Sevilla me pasa más lentamente y empiezo a desear que llegue el momento, entre otras cosas porque los entrenamientos, que han subido de kilómetros semanales me resultan largos. Por estas fechas entreno seis días a la semana y aunque muy ligeramente supero los 100 kms semanales.

Durante los últimos días voy recabando información sobre cómo debe afrontarse este primer reto. Leo revistas y sobre todo hablo con Fran y Cipri (maestros ya en esto de las carreras).

De toda esa información saco tres conclusiones que luego intenté llevar a la práctica a rajatabla:
1ª- Beber en todos los avituallamientos.
2ª- Tener claro el ritmo al que quería ir.
3ª- Paciencia, mucha paciencia, a pesar de que me encuentre bien.

La última semana noto sensaciones raras en las piernas, pero los expertos me dicen que es psicológico. Me doy un par de masajes y espero impaciente que llegue el sábado, día en que salimos hacia Sevilla.

La mañana del sábado es magnífica (20 – 22º). Vamos al Estadio a recoger los dorsales y luego a tomar unas cañas por el centro y a comer. Tras la comida descansamos en el hotel un par de horas, porque tenemos un rodaje de media hora, que luego se convierte casi en el doble. El tiempo ha ido cambiando y empieza a ponerse muy feo: viento fuerte, amenaza de lluvia…

Reconozco que cuando me voy a dormir estoy tan cansado como cualquiera de esos días en que había entrenado 18 ó 20 kms.Tardo en dormirme porque no hago más que dar vueltas a la carrera, aunque durante los meses previos he ido preparándome mentalmente y estoy muy concienciado. Estoy satisfecho con los entrenamientos y sé que si no hay ninguna lesión, el trabajo realizado debe dar sus frutos.

El despertador suena a las seis de la mañana para desayunar con tiempo. Ya había aprendido que en estos casos es bueno llevar tu propio desayuno, porque a esas horas no hay nada abierto. Cuando me dispongo a tomarlo descubro que el café con leche sabe mal (supongo que no habría cerrado bien el termo y por eso se había estropeado).¿Y ahora qué?. Menos mal que soy persona que no suelo ponerme nerviosa. Salgo de la habitación con la idea de buscar alguna cafetería cerca del hotel, pero me acuerdo que José Enrique suele comprar leche y algunos dulces en algún super cercano. Me acerco a su habitación y desde fuera oigo que tanto él como Vicente están despiertos. Llamo y entro. Les explico lo ocurrido y me ofrecen leche. Voy a buscar mis cereales y desayuno con ellos. Hablamos sobre lo que nos espera y comentamos que llueve a mares.

Quedamos a las 7’30 en el hall del hotel para salir hacia el Estadio. A esa hora nos juntamos con los demás y pedimos los taxis necesarios.

Sigue lloviendo y la temperatura ha bajado bastante, estamos a 4 ó 5 grados. Sin embargo me encuentro perfectamente recuperado y me gusta que esté lloviendo. Subimos al taxi Vicente, José Enrique, mi mujer y yo, y medio en broma, medio en serio, les comento que puede haber sorpresas. Me encontraba tan bien que presagiaba una buena carrera.

En el Estadio esperamos que lleguen los demás. Los que íbamos a correr nos dirigimos al interior y las mujeres se van a desayunar.

Calentamos en los pasillos del Estadio y nos aplicamos vaselina por todo el cuerpo, para protegernos del frío y del agua. A continuación nos dirigimos hacia la salida (que estaba a unos 500 mts del Estadio).

Fran y los demás arrancan a un ritmo que yo no puedo seguir y prefiero ir “a lo mío”. Cuando llego a la salida sólo veo a José Enrique. Juntos esperamos el pistoletazo de salida y nos deseamos suerte. Es el momento de la verdad, ahora ya no hay excusas. Estoy allí y hay que correr, a pesar de la que está cayendo.Voy junto a José Enrique los primeros metros, pero poco a poco se va distanciando. He decidido que cogeré tiempos cada seis kilómetros para que no me coincidan con los avituallamientos. Aún así miro el crono en los tres primeros kilómetros.

Km 1: Paso a 5’ “clavaos”. Es un ritmo cómodo y dentro de lo que había pensado (entre 4’50” y 5’ el Km).
Km 2: A 5’03”. Decido aumentar un poquito el ritmo porque voy demasiado cómodo. A estas alturas trato de ir sorteando los charcos, pero me doy cuenta que es una tontería y a partir de aquí piso en el suelo sin miramientos.
Km 3: El reloj marca 14’43”, o sea 4’40” el último km. Con este paso ya me sitúo en la media kilométrica que buscaba.
Km 6: Ya hemos abandonado la Isla de la Cartuja y “pico” el primer parcial en 28’36”, a una media de 4’46”. ¡Magnífico!.Un poco más adelante me encuentro a un paisano de Cáceres del Club Navalmarathon de Navalmoral de la Mata. Cruzo unas palabras con él y voy dejándole.
Km 10: Me encuentro en un grupo numeroso y entablo conversación con un atleta de Berga (Barcelona). Hablamos sobre los tiempos que buscamos y me comenta que irá sobre 3h 30’. En principio, creo que puede ser un buen compañero de viaje, porque me comenta que ha hecho ya varias maratones, además yo sigo al mismo ritmo y me encuentro bien.
Km 12: Tomo el 2º parcial: 28’15”. Voy estupendo, a pesar de que en esta zona (Avda. Kansas City) el viento y el agua nos azotan sin piedad.A estas alturas me he fijado en un pequeño grupo que llevo delante, a unos 25 mts, encabezado por dos atletas que visten la camiseta de la legión. El compañero de Berga me dice que siga hacia delante, que él no se ve con fuerzas. La lluvia me impide ver e intento limpiarme las gafas con la mano, pero no consigo lo que pretendo.
Km 18: El crono me da un parcial de 27’54”. Sigo en progresión y no siento la más mínima molestia ni cansancio. Ya empiezo a ver a los primeros atletas que se detienen paralizados por el intento frío; otros buscan guantes de látex en los puestos de la Cruz Roja y las sirenas de las ambulancias suenan sin pausa, buscando gente que ya no puede continuar.
Km 21: Pasamos la media maratón y pregunto a otro atleta por el tiempo que llevamos. Me dice lo que luego confirma el tiempo oficial: 1h 39’40”. Estoy por debajo de lo esperado, pero es ahora cuando empieza la verdadera carrera: lo desconocido.
Km 24: Marco el parcial más rápido: 27’28”. Sigo viendo a corta distancia a “mis dos liebres” (los legionarios). A pesar de que voy muy bien me mantengo expectante y procuro controlar el ritmo.
Km 30: La precaución me hace pasar un poquito más lento: 28’11”, pero sin rastro de molestias o agotamiento. Uno de los legionarios empieza a quedarse y le supero. Como en cada uno de los avituallamientos anteriores (cada 2,5 kms.) tomo la botella de agua, el vaso con bebida isotónica y el trozo de naranja. Este ritual lo repetí en todos y cada uno de los puestos que encontré.
Km 36: El parcial es de 28’22”, prácticamente igual que el anterior. Mentalmente estoy entero y empiezo a vislumbrar la posibilidad de terminar la carrera. Por el contrario, físicamente noto ligeras molestias en los isquiotibiales, pero no me preocupan demasiado.
Km 38: Las molestias se agudizan y prefiero no arriesgar. Decido parar unos segundos, darme un pequeño masaje y reemprender la carrera. Al principio lo hago muy suavemente y poco a poco voy cogiendo ritmo. A todo esto, mi grupo de referencia se encuentra ahora a unos 200 metros. Las molestias no vuelven a aparecer y decido ir en progresión.
Km 40: Cruzamos el último puente (creo que el de La Barqueta) y entramos de nuevo en La Cartuja. Ya se huele la meta. Al paso por ese punto me emocioné de tal manera que rompí a llorar, porque comprendí que iba a terminar mi primera marathon. Entre la alegría y el llanto consigo pasar al 2º legionario y a un grupo de corredores que me habían precedido desde los inicios. Sentía que volaba y pasaba corredores que, igual que yo, ya acariciaban la meta.
Km 42: Estaba situado unos metros antes de la entrada al Estadio. Aquí el crono me indica un parcial de 28’41”, que a pesar de haberme detenido está muy bien. Hago los últimos 195 metros a tope y aún en el túnel sigo pasando gente. Al salir del túnel giro a la derecha y a 50 metros …..”LA META”.

El tiempo es increíble: 3h 18’ 49”. Ni en mis mejores sueños me habría atrevido a pensar que conseguiría una marca así.

Me dirijo hacia la grada, con la mirada, buscando a mi mujer y a las demás mujeres. Después del saludo cruzo el césped del Estadio corriendo en busca de la ducha. Estaba tan emocionado que ni siquiera tengo la imagen de cómo es el Estadio Olímpico por dentro.

Cuando salgo de la ducha y me encuentro con los demás nos fundimos en un abrazo y nos felicitamos. Pregunto por los tiempos y todos están muy satisfechos. La única mala noticia ha sido el abandono de Román.

La experiencia ha sido fabulosa y las sensaciones increíbles. Sólo faltó que la carrera hubiera terminado con una vuelta completa a la pista. Tal como acabé, hubiera disfrutado enormemente.

He de agradecer especialmente a Fran y a Cipri los ratos que hemos compartido durante este crudo invierno. Sin su compañía, los entrenamientos hubieran sido más duros. También a los compañeros del club con los que, de una u otra forma, he compartido carreras que me han servido para dar el paso definitivo.

Y por último a mi mujer y a mis hijos por la paciencia que han tenido y por el tiempo que no les he dedicado, así como por el entusiasmo que han puesto en esta aventura.

A los que queréis hacer una 1ª Marathon y aún no os encontráis seguros os daría un humilde consejo: «tened paciencia y no os precipitéis, pero no abandonéis la idea porque con entrenamiento y un poco de sacrificio terminaréis consiguiéndolo. La experiencia, desde luego, es única».

4 comentarios

  1. Fran, muchas gracias por el post, gracias por recordarnos lo que algunas veces se olvida que es que nos apoyamos unos en otros.
    Dan ganas de volver a preparar y correr de nuevo una maraton.

    Releer el post de José Antonio me ha hecho (con la mirada perdida) recordar con satisfacción grandes momentos vividos.
    Muy emotivo.

    Espero que volváis de Sevilla 2010 con experiencias exitosas y que por supuesto las contéis.

    Mucha suerte. Os deseo lo mejor.

  2. Va por ti compañero.
    Las personas no mueren mientras permanezcan vivas en nuestra memoria.

    Nos vamos ya para en Sevilla, suerte para todos y mucha confianza, que el trabajo está hecho.

  3. Gracias por recordarnos de nuevo a este nuestro compañero Jose Antonio, persona a la que admire por su afan de superacion y espiritu de sacrificio.

    Felicidades a todos los que podeis estar en Sevilla y sobre todo y ante todo DISFRUTAR LA MARATON.

  4. Lo recuerdo todo como si hubiese sido ayer, y volver a leer esto hace que se me haga un nudo en la garganta, de verdad que aquel marathon fué increible por su dureza climatológica, y es eso precisamente lo que los hará inolvidable para todos los que lo corrimos. Mucho ánimo para los que vais a correr el Domingo, vais a cumplir vuestros objetivos porque OS LO MERECEIS.

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